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Los Campeones han vuelto...

LOS VIEJOS TIEMPOS DE ANGASMARCA...


Parecían largos e inacabables esos días…

Las casas eran contadas y todos sabíamos quiénes éramos, sabíamos dónde vivíamos, hijos de quienes éramos, con quien estábamos casados, con quien salíamos, con quien cometíamos nuestras bondades y nuestras maldades, entre nosotros sabíamos de todo, porque a pesar de ser un pueblo chico no éramos un gran infierno (como reza el conocido refrán), esos días que logro alcanzar con cierto esfuerzo dentro de mi mente, son los últimos de una generación y de una época que paulatinamente ha ido quedando relegada, que diferencia, que nostalgia siento, cuando vuelvo a respirar en una tarde con sol de muerto (como solía decir mi abuelita Bertha) ese aroma cálido de otras tardes, cuando con los demás niños hacíamos de todo… estas tardes calurosas, polvorientas con un cielo límpido, eran propicias para ir al río con los demás, eran perfectas para volar nuestras cometas en la plaza (frente a la iglesia), que hermosos fueron esos tiempos, en los que no teníamos internet, en los que no había playstations, donde por el contrario nuestros juegos eran producto de nuestra imaginación, esa imaginación libre y creativa que nos hizo tan felices… aun cuando el alumbrado eléctrico era limitado, ¿Quién no recuerda cuando solo teníamos fluido eléctrico de seis de la tarde a diez de la noche? Esos tiempos, estoy seguro de decirlo y de escribirlo, hicieron felices a más de uno… ahora después de dar una vuelta por las polvorosas calles de Angasmarca, veo que todo sigue cambiando , para bien o para mal, los adelantos y la nueva gente que arribó de muchos lugares, son las pruebas más certeras de que ya una nueva generación ha reemplazado a la nuestra, la que a fines de los ochenta y durante casi toda la década del noventa fue la que reinó como el engreído de casa, en estas callecitas que nos dieron la libertad para ser en su momento esos niños traviesos, esos adolescentes malintencionados o más interesante aun, esos amantes noveles o fortuitos… no cabe duda que los viejos tiempos fueron estupendos…

Los domingos, entre las diez y once de la mañana, las autoridades se encargaban del izamiento del pabellón nacional… y mucho antes todavía cuando ya la base antisubversiva se había instalado, esos domingos eran solemnes, con la presencia militar se había infundido o mejor dicho se había reafirmado el amor a la patria y nosotros aun niños contemplábamos con orgullo el desfile del batallón de soldados quienes altivos y gallardos, a su paso despedían una gran nube de polvo, al tiempo en que sostenían sus rifles, rendían honores a nuestra bandera que al sol de las once se veía más hermosa que en sus años de gloria…

Nuestros universos eran tan pequeños como nuestro pueblo, a nuestra corta edad, ya conocíamos con exactitud cartográfica las inmediaciones de nuestro pueblito ¿recuerdan el callejón que daba por espaldas de la casa de don Lucho Javiel? Era como se dice ahora en jerga: un lugar caleta de Angasmarca, así también hubieron otros pasajes que al día de hoy solo quedan en la mente de los que vivimos esos días, por ejemplo el callejón que daba hacia la pampa (estadio) que empezaba en la casa de la familia Calipuy, pasaba por espaldas de la casa de los Carranza, recuerdo que cuando estábamos en la escuela muchas veces caminamos por ahí y era prácticamente como una calle que daba al campo de futbol.

Es indudable que nuestros tiempos han quedado atrás por no decir proscritos a la ingratitud de las nuevas generaciones que como un maretazo han cambiado muchas de nuestras costumbres, muchos de nuestros juegos de niños ¿un ejemplo? Nada, de mi parte tengo muchos ejemplos o mejor dicho muchas comparaciones, entre lo que nosotros hicimos de niños versus lo que hacen los niños del día de hoy…

¿Alguien ha tenido o se ha paseado en un coche?

Pues yo sí, yo tuve uno y como era común en aquellos días, nadie los vendía, nadie tenía una vitrina llena de coches de diferentes modelos en venta (nada señor), nosotros construíamos nuestros propios coches (al menos yo y algunos de mis primos así lo hicimos), no era fácil, era una cuestión de estatus, de poderío infantil tal vez, así fue… ¿si recuerdo algunos de mi generación? Fueron los años noventa los hermosos y los últimos de esa tradición que hoy no existe… en mi mente quedan intactas las imágenes de cuando me pasearon en un coche… fue mi primo Ulises Galarreta, no recuerdo el modelito al detalle, pero si los gratos momentos en que me daba vueltas por la vereda de la antigua posta médica (de la cual hoy no queda nada), después debí haber tenido como siete años cuando todos los chicos del vecindario tenían uno y la jarana era mayormente en las tardes cuando jugábamos en la plazoleta que hubo de construir mi tío Armando Flores, si mal no recuerdo a inicios de los noventa(cuando fue alcalde)… tuvieron que pasar como dos años más, hasta que me construí mi coche… fue uno de tres rodajes no estuvo mal (porque poco tiempo después me construí un modelo más grande, de cuatro ruedas) de modo que me hice un lugar entre los niños que tenían uno, fueron épocas bárbaras. Con mis primos Galarreta, con Leoncio , Roger Antonio (Cabezon) se nos ocurrió la idea de remolcarlos, parecían trenes y fue una locura, íbamos de a seis o siete, pasear a todo mundo en semejantes coches fueron aventuras inolvidables, fueron tardes tibias o lluviosas en las que desgastábamos el taco de nuestros zapatos, en las que golpeábamos nuestros riñones, simplemente puedo decir que en esos días fuimos felices…

Nosotros tuvimos la suerte de saborear la última migaja, de esa vida plena, tranquila e ingenua de un pueblito cuya historia iba a tomar un rumbo completamente diferente con el establecimiento formal de una minera que al día de hoy ha cambiado muchas vidas, ha cambiado la realidad de nuestro pueblo dándole un nuevo impulso, no sabemos si para bien o para mal… sin embargo me siento orgulloso de haber vivido los últimos días de esa vida bonita, tranquila, humilde en medio de una generación que al día de hoy puede que tenga en sus manos la continuidad de tantas bonitas costumbres que heredamos de nuestros padres…

Me llamo Juan Gálvez Velásquez y esta tarde escribo esta nota desde la loma de Cushcomeres… y veo como los chicos de la escuela o del colegio vuelven a sus casas, en bicicletas o en motos… cuanto ha cambiado desde aquellos días en que volver a casa era un acontecimiento hermoso: pequeños niños jugando a los chontes, cargando un morralito, otros más diligentes apresurados entre los diferentes caminos que nos alejan de Angasmarca, esos caminitos cercados por pencas en las que los enamorados escribían sus nombres enlazados o simplemente se dejaban mensajes que al día de hoy han sido remplazados por los comunes sms…

Me llamo Juan Carlos, y con nostalgia extraño esos días…

¿Eres de mi generación?

¿Compartirías conmigo algún buen recuerdo?

Comentar no cuesta nada…

Angasmarca 23 de julio de 2011

Angasmarca

Plazoleta de Angasmarca - Julio 2009 Foto: Juan Carlos Gálvez © Angasmarca On Line - www.angasmarca.tk

Una calle del barrio La Pampa - Enero 2007 Foto: Juan Carlos Gálvez © Angasmarca On Line - www.angasmarca.tk



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¿Jalas?

A fines de los noventa, vi como se iban desvaneciendo entre los niños de mi generación los tantos juegos que a lo largo de los años habíamos heredado… seguramente muchas personas que ahora leen este articulo, recordaran esa frase que al día de hoy ha quedado en el olvido… cuando para ir a jugar bolitas… decíamos… “jalas” los juegos al trompo… el mundo, el piso, los paseos en los “coches” es mas creo que ahora ya nadie fabrica los famosos “coches” también recuerdo con mucho cariño volar cometas… hechas por nosotros… quien podría decir que no fueron épocas maravillosas cuando en Angasmarca no habían distracciones como los juegos de video o internet… esas épocas son para recordarlas con nostalgia… por eso hace una semana estuve presenciando con mucho cariño el juego de un grupo de niños que con las bolitas hacían de las suyas en una calle Angasmarquina… a continuación le dejo el video…